Los Hijos, La Pérfida y Nueva Vida.

Increíble pero de verdad la vida es una cosa que debemos amar, en especial por nuestros hijos que vienen al mundo a darnos la alegría, saber que la vida continúa gracias a ellos. Son la extensión de nosotros.
Pero bien uno para poder tenerlos, aparecen unos bichitos que podemos llamar parejillas tal, que te dio de Ostias en el cerebro, que te tiene mal, que no sabes ¿Cómo ella pasó del amor al Odio? ¿Cómo de llegar a amarte tanto? A convertirse en Atila rey de los Uno de tu masa ensefálica, La tormenta de los 7 mares, Lucifer mismo que se reencarna en la tierra. No sabes ¿cómo? De ser lo mejor que te había pasado, se transforma en uno de los horrores más grandes de tu historia.
Pero bien amigo lo dice la historia, de principios nos han comido el cerebro, los reyes y emperadores caían rendidos, Cleopatra manipuló a las máximas autoridades de Roma, a Hombres supuestamente duros, que controlaron su mundo sin dificultad. Julio Cesar Y Marco Antonio, no pasan de ser Grandes guerreros a míseros macabeos por nada. Una sola mujer dio vuelta el reino imagínense en la vida cotidiana cómo funciona la cosa.
Somos millares los hombres que caemos enceguecidos por sus encantos, pero pocos los que despertamos de este andar. Al despertar te das cuenta de lo débil que somos a semejantes realidades humanas, a veces ellas simplemente te odian desde lo más interno de sus entrañas otras el asunto es distinto ella se transformó en un ser despreciable para ti, el solo encontrarte con ella se transforma en un martirio, no sabes que sucedió pero de verdad ya te das cuenta que no es lo mismo y comienza la guerra del odio. Esa guerra de sexos que ha existido desde principio de los tiempos. El hombre quiere gobernar y ellas hoy ya nos gobiernan.
Nos pasa el tiempo como viejo guerrero con miles de batallas perdidas, caminas si pensar cuanto más tendrás que llevar este calvario de hombre enceguecido por egos de seres latentes que no sesgan su batalla por declarar su derecho propio a ser escuchados. Cuantas veces no tuvo ella la razón y tu ceguera enloquecida no dejo traspasar tu mente entablando batallas ya perdidas, ¿Cuántas veces? ¿De verdad creemos no equivocarnos? Esos son temas que siempre debemos tener claro.
La arrogancia a veces nos nubla la mirada y siendo que pensamos tener la razón no terminamos más que complicándonos más de la cuenta, A veces basta con escuchar y no querer ganar toda batalla que se presente.
Pero el dilema es cuando hay hijos, todo se nubla, ceder es más difícil, algo que claramente nos puede convertir en verdaderos terroristas del alma y saca nuestros demonios más horribles. Todo por un amor incondicional, ese hijo que lo amas ante todo, pero la contra parte también y cada uno refleja en su mente al demonio que es su contraparte, atrapándose en redes de odió que mas en demonizan a cada uno de los ex amantes. Lo cual produce una batalla sin cuartel con malas gestiones de ambas partes terminan involucrando a nuestros pequeños más preciados tesoros, hijos pequeños que ven a sus dos amados padres enfrascados en batallas sin cuartel.
Dios qué sentido tiene una batalla perdida y con más daños que beneficios logrados, una verdadera mala jugada del destino ¿nos puede transformar tanto?


Que terrible cuando veo amigos con pérfidas que realmente no controlan su maldad eliminado el derecho básico de sus hijos de compartir con las personas que más ama, su familia ¿cómo intervienen en sus cerebros? Sembrando su odio hacia su contraparte. O ese villano que piensa que está bien no darles su pensión a sus hijos, ese egoísta que no quiere vivir sus días con su descendencia por no querer pagar dinero. ¿Cómo? Si ellos no debes ser los lastimados, que importa que ya no te quieran que se valla, ya sea ella o el nadie está obligado a quererte, solamente tu quiérete a ti mismo y disfruta la vida al máximo, si de verdad no te quieren reponte quiérete a ti mismo como primera opción y sale a buscar nuevamente, hazte cargo de tus hijos y compartan una relación civilizada y enterrando pasados absurdos.
Amen a su hijos, hagan lo justo para que sus vidas sean mejores, comprendan la situación de su contraparte y procesen su realidad, controlen sus emociones y piensen siempre en el bien de sus cachorros que son su futuro.
Impresionante ver batallas de odios, todo sin necesidad si ya cada uno pasa a ser nuevamente libres, no han de pelear ya que no se pertenecen, cual es el sentido de castigarse tanto el cerebro y vivir pensando como provocar daño.
Los hijos que lo vean como algo normal, que se vea civilización en su familia, la vida es muy corta para vivirla sembrando odios. Total algo que les aseguro, que terminando este proceso de quiebre, cada uno seguirá su camino sí o sí, estas cosas son parte de nuestro crecimiento, debemos aprender a acomodarnos en esta vida de altos y bajos. No quedarnos estancados en almas ajenas a la tuya, tu vida debe ser el reflejo de tú verdad.
Miren les voy a contar mi realidad, me separé hace ya años, si bien están esos momentos malos de peleas sin sentido que obvio ocurrieron, hay algo que les quiero asegurar. Nunca nada es tan terrible, uno debe lucha por sus derechos, pero no sobrepasarse atropellando el de los demás. Hay que pensar que como primera preocupación de ambos siempre han de ser los hijos, además que ya estás en un camino distinto que tendrá dificultades para ambos, por lo cual sobre pasa ese odio sin necesidad, disfruta la vida nuevamente, velen por los hijos, disfruten esos momentos juntos con ellos que la felicidad también la perciban, si mas que mal el que no resulte la relación es a los que menos les debe afectar, hablen siempre civilizadamente, trátense como debe ser con nobleza y respeto.
Tus hijos siempre lo van agradecer, además al eliminar el odio de tu corazón hará tu alma más poderosa, lo que te llevará a una vida más plena, con una felicidad cierta, provocando en ti un campo magnético con el cual atraerás todo lo bueno que te puedas imaginar, llevándote a tener una vida con felicidad de verdad sin importar situaciones momentáneas.



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